FASES EN LA PAREJA (1)
08.06.2012 16:33
Tomando en cuenta algunos correos que me han enviado sobre las etapas de una pareja es que escribo esto, en realidad uso el modelo de Bader y Pearson ya que se me hace muy interesante, claro que con ARyS (técnica de CANAH) lo he remodelado, o mejor dicho, ajustado a nuestras necesidades.
Este modelo usa fases, que ellos ponen de la etapa progresiva del niño a la etapa de pareja, después describe los diferentes tipos de relaciones que hay en las parejas (correspondiente a las fases), debido a lo extenso de esto he decidido cortar en varias partes estos escritos.
Espero que pueda ayudar a las personas y a los colegas que me han pedido esto, un abrazo a todos y un gran te amo comprometido.
FASE SIMBIÓTICA O LUNA DE MIEL
Es el proceso del ya famoso y conocido “enamoramiento”. Sabemos que el enamoramiento es algo completamente emocional, tanto los sentidos de olfato y vista se activan y causan dopamina (entre otros neurotransmisores, la dopamina es la más fuerte) en el cuerpo, cosa que nos hace volvernos un poco idiotas o drogados.
En este momento las parejas ven las similitudes que tienen, le dan mucho énfasis a las semejanzas y evitan las diferencias entre ellos. Esta fase les ayudará a seguir el camino de la “diferenciación”. Sin embargo, cuando la fase de “luna de miel” no está bien establecida ocurre una disfunción que se puede ver en dos formas. 1) Fusión-evasión de conflicto y 2) Dependencia hostil, que también se le puede llamar enojo-conflicto, es decir, es una persona que tiene miedo de terminar la relación pero no es lo suficientemente madura para ponerle fin a los conflictos, esto hace que la pareja se enrede en un círculo vicioso en donde ambos se provocan dolor.
También en esta fase algunas parejas se fusionan tanto que no ven que son entes diferentes y esto a la larga es complicado porque uno de ellos será el dominante y el otro irá desapareciendo, al grado que supedita sus necesidades personales a las demandas del otro.
FASE DE DIFERENCIACIÓN
Es dependiente de la fusión, en ésta la pareja comienza a distinguirse, es decir, se comienzan a ver como individuos separados. En esta fase, la pareja comienza a buscar espacios y a poner límites.
Esta fase es dolorosa ya que los individuos comienzan a ver que en realidad la mayor parte de las veces en las que estuvieron “en perfecto acuerdo” es simplemente una ilusión que ellos mismos fomentaron en la fase pasada.
El terapeuta de pareja debe orientar a los individuos para que reconozcan y al mismo tiempo acepten las diferencias. Es aquí en donde la pareja debe comenzar a relacionarse de manera diferente, que tenga que ver con respetar la manera de ver las cosas de manera individual.
Si alguno se siente abandonado, la pareja se puede estancar, ya que, por una parte uno se siente abandonado y el otro se siente limitado y forzado por demandas de permanencia simbiótica, es decir, alguno de ellos puede mencionar algo (fechas o sucesos) en los cuales se sintió ofendido o lastimado y él otro no se dio cuenta (a esto le llamamos pensamiento histórico y es desgarrante pues el que no recuerda el evento tiene que escuchar cosas que no sabía y mucho menos recuerda).
FASE DE PRÁCTICA
Después de la diferenciación llega la práctica. La pareja comienza un distanciamiento mayor entre ellos, los miembros de la pareja se desarmonizan, ya que, comienzan a atender su autonomía y su individualización.
Regularmente se da cuando llega un hijo o cuando ellos comienzan a crecer profesionalmente, debido a esto, los periodos de trabajo se prolongan y esto hace que las personas comiencen a explorar intereses individuales y pueden buscar desarrollo personal y profesional que los lleven en direcciones separadas el uno del otro.
Debido a esto la pareja se inclina a pasar menos tiempo con su par y la pareja comienza a marchitarse.
FASE DE REACERCAMIENTO
Cuando la pareja ha desarrollado una identidad, la pareja experimentara reencontrarse. Esto es lindo y el terapeuta puede sacar mucho partido de esto, ya que es una gran herramienta para reenamorarse a través del amor, es decir, el amor consciente hace que el enamoramiento se segregue, y este, ya no esté basado en dopamina sino en razón y decisión.
En esta fase se renegocian asuntos olvidados sin sacrificar las necesidades individuales, se comienzan a hacer planes a futuro, sin estancase y apegarse a ellos, es decir, comienzan a crear otra vez.
En esta etapa la pareja debe “comenzar a caminar juntos”, no se puede ni se debe caminar con el otro “desde la otra acera” pues uno se puede perder, comienzan a caminar juntos, pero esta vez es más madura la situación y la comunicación se reactiva.
El terapeuta debe analizar que en este momento no se trata de poder o control sino de amor mutuo y metas juntos.
¿En cuál fase te encuentras tú?
Pbro. Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y psicólogo clínico
Director de CANAH “Un lugar de esperanza”
reverendo_czy@hotmail.com