LA SALIDA: EL DIVORCIO
Marco Antonio Meza-Flores
Pbro., y Psicoterapeuta GJ
Marzo 2011
Hace algunas semanas estuve dando unas charlas con compañeros psicólogos y médicos de aquí (Reynosa) sobre cómo solucionar problemas de pareja y uno me hizo esta pregunta interensante.
- Pastor, tengo dos preguntas ¿Usted cómo terapeuta y como pastor qué piensa del divorcio, cree que es bueno o que es malo? Y,
- ¿La Escritura dice que el divorcio es para aquellos que son necios del corazón?
Gracias a las personas que grabaron se puede subir este escrito y pues aquí lo tienen:
La pregunta es complicada, porque en la rama de la pastoral el divorcio no es bien visto por el grueso de las iglesias evangélicas, protestantes, neo-evangélicas y por la propia ICAR (Iglesia Católica Apostólica Romana), al menos en México, pero en la teología podríamos decir que se puede hacer una excepción, y no hablo simplemente por infidelidad, hablo del concepto de amor y del cuidado que se tiene de éste.
Trataré de responder esa pregunta, pero antes quiero decirles que por eso comenté hace rato que no le temo a las personas que responden sino a las que preguntan.
Para comenzar, los problemas de pareja se solucionan COMO PAREJA, siempre y cuando ambos estén de acuerdo, si alguno de ellos no quiere, no tiene caso seguir insistiendo.
Usted me pregunta si el divorcio es bueno o es malo. No creo en eso, ya no, hace mucho deje de creer qué es bueno y qué es malo, sólo creo que hacemos cosas que nos hacen crecer, otras que nos estancan y otras más que nos hacen involucionar, pero si es bueno o es malo depende de cada mente y de cada perversidad de la misma.
Creo que los juicios de valor que nosotros tenemos nos los han impuesto, el mismo Jesús (el de la Biblia), cuando le hacen la pregunta del divorcio dice que Moisés dejó que pasara eso porque el ser humano es muy terco, pero que antes no era así.
Y claro que no lo era, la concepción del matrimonio se ha hecho un contrato, tanto social, como civil, pero espiritual no.
El matrimonio es un contrato espiritual que se da en la cama y se hace entre dos seres (de allí que “no te metas con prostitutas, porque te casas”), que se suponen se aman, y entiéndase amar como una decisión y no un sentimiento y mucho menos una emoción, sabemos que trae ambas pero amar es decidir y combatir, mientras que estar enamorados es una emoción segregada por neurotransmisores en donde la dopamina gana y por eso nos dicen “estas enamorado”, que es lo mismo que “estas dopado, o drogado”.
Ahora, el matrimonio no es una institución, al menos yo no la concibo de esa manera, desde el término crudo de instituciones, pues estas son mecanismos que procuran normatizar algo, y por ende son frías y les importan los números, al matrimonio no, a éste, le importa aportar, crecer, divertirse, hacer el amor (en todo lo que se hace), para hacer esto, los miembros son lo más importante, en la institución, lo que importa es “el papel”, desde ahí y desde mi óptica, el matrimonio, va más allá de ser una simple institución.
Dios está a favor del amor y si uno ya no ama, o no ama de la forma en que empezó sino se estanco o involucionó lo mejor es ser sinceros con uno y con tu par y decir las cosas, lo más malo que puede pasar es que se divorcien que en realidad no es malo, todo depende del cristal con que se mira.
El amor es una cosa que tiene que ver con cuidados, guías, diálogo, respeto, encontronazos fuertes pero a la vez tolerancia, el amor es caminar con Dios de la mano, el amor no deja de ser ya lo dice el texto, y sí, no deja de ser, pero el amor ágape no deja de ser, pero el amor eros sí, y ese es el amor que le tenemos a la pareja, o mejor dicho ese es el amor que hace que nosotros tengamos pareja.
El eros que tiene que ver con la carne, eso a lo que muchos le tienen miedo, porque desea, anhela, se vuelve lujurioso, caliente, quiere y a veces hasta arrebata, toma, se posesiona, es tierno como un bebe, pero puede ser rudo como un caníbal, ese amor al que muchos le tienen miedo y que es necesario para poder ser pareja se llama eros y ese si deja de ser, se muere, se extingue si no le damos alimento, ese es el amor que puede hacer que nos divorciemos y es el que hace que sostengamos una relación entre pares.
Entonces el amor desaparece, no lo creo, sólo se transforma como la materia, deja de ser amor y se convierte en cariño, respeto, amor ágape, filial o stonge, pero eros ya no es.
Por lo tanto, el divorcio es una salida, claro que la es, a la mejor la última de ellas, pero lo es, el divorcio es algo doloroso, pero es más doloroso crecer con alguien al que no amas de manera erótica, porque se pierde la sazón, el divorcio es la última de las soluciones pero como pueden ver es “una solución”.
Ahora, Dios, está de acuerdo con el amor, con la unidad, Dios tiene la costumbre de sumar y multiplicar, pocas veces resta o divide, pero si vemos bien “pocas veces”, eso quiere decir que lo hace, a Dios lo que le importa (claro, desde mi óptica) es la vida, pero no la vida de respirar y caminar, sino la de plenitud, eso es lo que le interesa, que todos sus hijos (y me refiero a todos) sean plenos, estén vivos, sean felices.
Esto no quiere decir que no hay dolor, claro que lo hay, hasta se mide (o eso creemos), pero sentirse miserable es una opción, y eso depende de cada persona.
La necedad del corazón se da con el tiempo, y pues necio es aquel que no escucha las opiniones de los demás, no el que las adopta, a veces les decimos a la gente que no piensa como uno ¡Cómo eres necio!, pero no es que sea necio, sólo no piensa como tú, o como yo, y tiene todo el derecho a hacerlo.
El necio del corazón es aquel que no escucha consejos, pero los pide, no escucha razones, pero las pide, no da su brazo a torcer, pero exige que se le den soluciones, pero también están aquellos que a pesar de haber escuchado las cosas, las causas, las soluciones y de haber buscado una y mil ayudas (aunque a veces sólo buscan sólo 3 o 4), pero buscan las ayudas y no ven soluciones, se cansan y claudican
Ellos tienen todo el derecho a ser felices, como sus pares, por eso se divorcian, y que hay dolor, claro que lo hay, ES UNA PERDIDA, la psique no está acostumbrada a decir la regué, siempre busca culpables, pero aquí el equivocado fuiste tú.
Que si es bueno, no lo sé, que si es malo, no lo sé, sólo sé que si te da vida hazlo, pero si te la quita ¡qué diablos haces en ese lugar! El problema se complica cuando hay hijos, porque es el amor sacrificado y mesiánico el que nos hace estar con una persona a la que no amamos (eróticamente) y cedemos, pero eso no sólo es complicado sino causa amargura de corazón.
Y que la escritura diga que son necios de corazón, pues si debo estar con alguien que me ha de amargar la vida, prefiero ser un necio por un ratito, a ser amargado por toda la vida.
En fin, la idea es la misma siempre, ama, haz el amor y eso te hará feliz. En pocas palabras como dice el lema de CANAH,
“Amamos, porque somos amados, liberamos, porque somos libres”
o si no, él lema de nuestro Diplomado en Tanatología
“Alivia, Restaura y Sana”.
Gracias.