MI TIEMPO ¿ES TU TIEMPO?
Sabía virtud de conocer el tiempo. A tiempo amar y desatarse un tiempo.
Renato Leduc
No culpes a nadie, no te quejes de nada ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.
Pablo Neruda
¿Has pensado alguna vez que gastas mucho tiempo en quejarte de otros o en buscar culpar a otros por las situaciones que tú haces en tu vida? Todos y cada uno somos responsables de las reacciones que tenemos ante las circunstancias que nos rodean, sin embargo algunos prefieren culpar a otros/as de lo que les sucede.
Alguna vez has escuchado cosas como ¡es qué me hizo enojar! ¡No fue mi culpa, sino la de él/ella! ¡Sólo reaccione conforme me impulsaron! O la muy sonada ¡a cada acción hay una reacción!
En el consultorio escucho muchas veces este tipo de cosas que funcionan en la física de los objetos, pero no funcionan en la física de los seres humanos racionales y con un cerebro dentro de la cabeza, el problema es ¿funciona?
Muchas de las personas que consultan a veces se quejan y dicen: es que mi mamá no me entiende; también dicen: mi pareja no me hace caso, o mi examiga/o dice o no dice de mí, o, se me quedo viendo feo porque me tiene envidia, podemos citar un sinfín de cosas, que parecen absurdas, pero que hacen que otros seres humanos no se sientan a gusto con su vida.
Pero, ¿en realidad esto es el problema? Lo dudo, el problema es que muchas veces gastamos nuestro tiempo en buscar culpables de nuestras situaciones, o sea, no quiero decir que no haya personas que te hagan perder la cabeza y que quieras estrangular, pero eso no quiere decir que debas hacerlo.
Covey, el escritor de “Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas” escribe un principio que se le llama 10/90, en donde el 10 % de las cosas que te pasan no son parte de ti y no las puedes controlar, esto es, que no podemos controlar el clima, las decisiones de los demás, y las cosas que están a tu alrededor, pero el 90% sí es tu decisión y depende de ti.
Es decir, que este lloviendo no lo puedes controlar, pero si puedes ponerte una chamarra y traer un paraguas y abrirlo, y además de eso, no debes enojarte porque llueva, porque eso no está en tus manos.
Si tomamos este principio, entonces podemos ver que lo que nos pasa es por decisión propia, y no de otros u otras, que nosotros somos los que tomamos las riendas o el timón de nuestra vida.
A veces gastamos infinidad de tiempo en querer resolver cosas que no nos competen o que están lejos de nuestro alcance.
Supongamos, yo, hoy tengo una cita, pero el consultante no quiso venir, “estaba cansado del trabajo y le pareció que no debería ir a la consulta”, ok, yo puedo enojarme, es más, podría crear ira en contra de él, pero esto me hará mal a mi estómago y de todas maneras no hará que el consultante venga, sin embargo, puedo relajarme, tomarme un café y darle otra hora de consulta, tomando en cuenta que él o ella pagarán la consulta pasada.
Las consecuencias de los actos no podemos evitarlas, pero si podemos evitar que las cosas que hacen los demás nos afecten. ¡Pero cuidado!, no se vayan a perder con la idea de que no debo decir nada de las injusticias, ni de lo que me molesta, ¡no!, yo no dije ni creo eso.
Hay que decir lo que pensamos, siempre y cuando lo que pensemos sea con la cabeza y no con el estómago. Es decir, a veces nos desgastamos con lo que otros hacen, y nos enoja, es más, hasta le inventamos cosas que no conocemos, o cosas de su pasado, es posible que les moleste o que les hiera, pero el daño nos lo hacemos a nosotros, a nuestro estómago.
Estoy de acuerdo que muchas veces nos molesta la actitud de las personas, pero eso no quiere decir que debemos gastar nuestro tiempo en desgastarnos con ellas. Nos enganchamos tan fácilmente en sus comentarios o en sus estilos de vida, pero ¿nos sirve de algo? No lo creo.
Pregúntate ¿qué ganarás con desgastarte por lo que dijo o no dijo la persona?, creo que encontrarás la respuesta de manera rápida y muy obvia, nada.
Hoy por hoy, necesitamos personas con ánimo de ser mejores, no simplemente personas que se la pasen señalando pero no den soluciones, la criticonería es algo que abunda en el planeta, pero podemos ser mejores si nos hacemos críticos, es decir, si tenemos la capacidad de poder enseñarles lo que pensamos y por qué lo pensamos, sin imponernos.
Tenemos una vida, por qué vivirla enganchados en lo que otros piensan de uno… en mí consultorio tengo un letrero que dice:
PIENSA “debes cuidar más tu consciencia que tu reputación, pues tu consciencia es lo que tú crees de ti y tu reputación es lo que otros piensan de ti. Y lo que otros piensen de ti es problema de ellos, no tuyo”.
A poco no es lindo, lo que otros piensan de ti es problema de ellos no tuyo, porque desgastarte queriéndoles enseñar que eres una buena persona, aplicada, responsable, etc., eso lo sabes tú, y sólo tú sabes que tanto tienes, o que tanto te falta para ser mejor.
Es por eso que debes crear alrededor de ti karma positivo, buenas vibras, eso no depende de los demás, ni de lo que otros piensen de ti, eso depende sólo de ti, es tu responsabilidad, y por eso es importante para ti, a los demás no les importa, muchos sólo quieren cumplir sus neurosis o histerias jodiendo la vida de los demás.
Pregúntate ¿cuánta gente vive enferma por no complacer los caprichos de los demás, cuántos de ellos viven estresados por intentar complacer a otros, ya sea familia, pareja, amigos, profesores, etc., cuántos de ellos realmente complacen a los demás y todavía viven felices? En realidad pocos.
Recuerda esto siempre: “Tenemos una vida, disfrutémosla, si no les agrada a los demás, pues busca personas que les agrade tu compañía tal y como eres, y no tal y como ellos quieren que seas”.
Desde pequeños nos enseñan a intentar agradarle a los demás, pero no lo hacemos, por eso nos frustramos, y cuando grandes, eso intentamos, y por eso nos estresamos, ¡naaa!, mejor ser como somos y que Dios bendiga a la humanidad.
Si no les caes bien a los demás, regálales paletas para que s endulcen la vida, total, el problema no es tuyo sino de ellos, si a los demás les molesta tu éxito, invítalos a formar parte de él, si los demás critican tus capacidades regálales un libro, no dejes que los demás te digan cómo vivir y como ser feliz, esa es tu decisión este es tú tiempo, disfrútalo.
No culpes a nadie por tu desdicha, levántate, sacúdete y camina, te lo repito, sólo tienes un tiempo y hoy es tu tiempo.
Por lo demás, que Dios te bendiga, y no olvides, si les das tú tiempo a los demás, no te quejes de que ellos hagan de él una pesadilla, un caos o una canallada.
Pbro. Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo y Psicólogo Clínico GJ
Director de CANAH "Un lugar de esperanza"
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