QUÉ TE HACE FALTA DE MI
08.06.2012 16:42
Una de las cosas que más he visto dentro de los problemas de las parejas es la falta de comunicación, a veces, cuando estamos molestos no sabemos hacer otra cosa que gritar, ¡creo que la gran mayoría lo hacemos!, otras veces optamos por callarnos he irnos (que es muy grosero, porque dejamos hablando a la persona como si estuviera loquito/a), en lugar de arreglar el asunto, lo que a veces también hacemos y que es peor que las otras dos cosas es darle por su lado a la pareja, porque esto hace que nosotros nos volvamos mentirosos y además guardamos dolor, dolor que sacaremos o escupiremos a su tiempo, y entre más pase el tiempo, más fuerte será la agresión.
La falta de límites a nosotros y a nuestras parejas ha hecho que muchas de las veces sea complicado vivir así, ¡en pareja!, muchos de nosotros no ponemos atención a lo que nuestros pares dice que les hace falta, y cuando digo “dice”, no quiere decir que es simple y llanamente con las palabras, todos hablamos más con los gestos.
Estaba en consulta con (pongámosle Sofía), cuando ella me dijo: así es Marco, le pregunte a mi marido ¿Qué te hace falta de mí? y no me respondió.
Vemos la pregunta tan concisa y tan puntual, ¿Qué te hace falta de mí? y cuando su pareja tuvo la oportunidad de decirle lo que le hacía falta, sólo calló, no mencionó nada, ni una pizca de sonido, entonces Sofía se frustró y me dijo: si no le hace falta nada de mí (porque el que calla otorga), ¿por qué actúa así?
Creo que la respuesta es sencilla, no le hace falta nada de ella, porque el frustrante no es ella, sino él. A veces, culpamos a los otros y no sabemos por qué, nuestra infelicidad se convierte en una imperio de dolor porque no estamos a gusto con nosotros mismos, estamos enojados con lo que hacemos, por dónde trabajamos, por la edad, por el sobrepeso, por la comida, por el calor y por el frio, por muchas cosas más, estamos solos, o nos sentimos solos y lo peor de esto es que estamos solos y sin nosotros, por eso, cuando nos preguntan ¿qué te hace falta de mi? No sabemos qué responder.
Muchas de las parejas que trato tienden a ver la consulta como un momento para sacar todo el veneno, pues esta un referí, pero en realidad no es ni debe ser así, la consulta es un momento de crecimiento y de desahogo de mi y no de él o ella. El camino no se trata de poner sino de quitar, y una de las cosas que debemos quitarnos es “dejar de culpar a los demás de lo que no me dan o de lo que no hacen”.
Cabral dice: no estás deprimido estás distraído. Esta meditación que dura casi una hora dice cosas tan ciertas que no ponemos atención. Lo que nos pasa es que nos distraemos en nosotros, en nuestro Yo egoísta, nos hacemos tan pero tan insensibles de nosotros, que no podemos nunca ser sensibles a los demás.
¿Qué te hace falta de mí? La respuesta es clara si haces autoanálisis y autocrítica NADA, porque lo que me hace falta a veces o casi siempre soy yo, no tú, las parejas no entienden muchas veces que deben dejar de ver hacia los lados y deben comenzar a ver hacia al frente.
¿Qué te hace falta de mí? Nada, sólo me hace falta que me ponga a pensar que vales la pena y que podemos construir puentes en lugar de murallas.
Recuerdo que un día un profesor me dijo “estás loco, la forma de vida que tú mencionas te hace un cavernícola”, sólo porque le dije que deberíamos decir y hacer lo que sintiéramos, pensando y actuando. Le mencioné que deberíamos romper el contrato social (que le llamamos hipocresía), ¡qué bonito vestido! ¡Qué linda te vez! ¡Qué buena pregunta! Y un sinfín de piropos mentiroso, cuando pensamos lo contrario, el contrato social que nos separa de ser niños a ser adultos.
Que si te vestiste bien, que si predicaste bonito, que si eres un genio o te ves muy guapo. Lo que sucede es que cuando la neurosis se acaba y la histeria abre los ojos entonces comenzamos a ver los errores que siempre estuvieron allí, errores que yo sabía, que yo conocía, pero que no quise aceptar porque “lo o la amaba”.
Por favor, el amor no tiene que ver con emociones y sensaciones, éstos, se dan después de la decisión de amar no antes, antes se da un proceso dopamínico (por eso estamos drogados y no vemos los errores), las emociones surgen por un proceso químico, las sensaciones son las formas en que manifestamos esas emociones, el amor es una decisión, no lo sentimos, lo decidimos, ya después podemos crear por sí mismo sensaciones y emociones por ver al ser amado.
Yo no amaba a mis hijos hasta que llegaron y me di cuenta que ellos eran parte de mi. Lo mismo pasa con la pareja, uno ama a la persona que está a su lado porque ella es valiosa por sí misma, porque ella tiene valor porque ella es y no porque yo hago que sea.
Ya lo decía Jesús “mi madre y mis hermanos son aquellos que hacen la voluntad del Padre”, es decir, mi madre y mis hermanos no son conceptos sino aquellos que construyen junto con uno el camino de su vida, por eso la pareja es importante y a veces la pareja no es la que tienes a un lado, sino aquella que decidiste amar a pesar de ser lo que es y como es.
La falta de entendimiento es exceso de ego, el ego divide, el despierto unifica, no para que todos piensen igual, sino para que quedemos de acuerdo.
¿Qué te hace falta de mí? Nada, sólo me hago falta yo, sólo es mi miedo de no ser aceptado como soy porque no acepto a los demás como son ellos, porque no me gusta cómo se ven, cómo visten, qué piensan, la liberación de los preconceptos es el encuentro con el creador, que algunos llaman Jesús, Yahvé, Jehová, Alá, Krisna, Zoroastro, El gran arquitecto, Buda, etcétera, pero que al final es el creador, que no divide, que no mata, que no juzga, sino que ama a pesar de saber de qué bacinilla hemos salido.
El encuentro con el creador es la liberación de mi ego y el encuentro conmigo mismo como luz. Las parejas no deben preguntar qué te hace falta de mí, sino preguntar ¿qué te hace falta a ti de ti? ¿Por qué no estás feliz contigo? La felicidad es un estado mental, pero la paz es la cúspide de la cima y cuando llegas, sigues hacia arriba.
Las parejas tienen la obligación de sentarse y crear juntos, en el momento que no lo hacen, en el momento en que no hay ganas de crecer, en el momento en que no hay sueños, ni metas juntos, lo más sensato es decir adiós, buscar soluciones se hacen antes de que se transforma el amor Erótico en amor Stronge.
Si hay hijos se complican las cosas, porque estamos acostumbrados a dañar, a destruir, a hacer daño, a sentirnos miserables y por ende hacer que otros se sientan igual. No puedes pedir algo que no puedes dar, no puedes dar amor sino tienes amor.
Cuando hay hijos uno debe pensar que hacer con la cabeza, pero debe buscar la armonía en su ser, sino hay armonía en su ser, los hijos crecerán igual y harán lo mismo, no porque tengan alguna cadena espiritual (cómo muchos idiotas, entre esos yo, hemos dicho), sino porque ese es el patrón que han visto.
Cuando comienzas a buscar errores en los otros sin pensar en lo que tú has hecho o lo que tú eres, entonces dañas a todos a tu alrededor. Cuando no hay ganas de crecer, no hay nada que te haga falta de ella o de él, pues no hay nada que quieras de esa persona.
Las soluciones pueden ser muy variadas y muy llenas de vida, pero la más sincera y la más fuerte es la de ser tú, sin olvidar que eres tú quien puede hacer las cosas y no esperes que el otro o la otra las haga, sólo el que está presente puede comprender que la vida es Aquí y Ahora.
Y entonces no habrá preguntas como ¿Qué te hace falta de mí? Porque la pareja estará tan completa que no le hará falta nada y al contrario podrá dar no lo que le sobra, sino lo que tiene.
Pbro. Marco Antonio Meza-Flores
Teólogo Terapeuta Clínico
Reverendo_czy@hotmail.com